La economía mexicana enfrenta desafíos y oportunidades que requieren conducción firme. En este escenario, José Medina Mora tomó las riendas del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para el periodo 2026-2027, representando una apuesta clara por la unidad dentro de un sector que busca estabilidad después de una candidatura sin competencia.
Un liderazgo desde el empresariado conservador hacia la unidad
La llegada de Medina Mora no solo simboliza continuidad, sino también una llamada a fortalecer los lazos dentro de la comunidad empresarial. Proveniente de una corriente más conservadora, su perfil apunta al diálogo pragmático y a la construcción de consensos internos, justo cuando la economía nacional demanda posicionamientos sólidos y coordinados.
En su mensaje inaugural planteó que la reactivación de la inversión privada es la clave para devolver dinamismo a la economía. Reconoció que generar confianza en los mercados pasa por crear condiciones claras y estables, algo que perseguirá impulsando proyectos estratégicos que lleva tiempo esperando luz verde, con particular atención a la industria energética.
Fortalecimiento del vínculo público-privado y enfoque en el T-MEC
Medina Mora enfatizó la necesidad de trabajar en colaboración con el gobierno federal. La intención es desbloquear aquellos proyectos que puedan detonar empleo e inversión, sin dejar de lado el cuidado en las reglas del juego. Ese equilibrio entre autoridad y sector privado es crucial ante la coyuntura actual.
Entre sus prioridades también se encuentra la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pieza fundamental para las empresas que dependen del comercio exterior. Su postura ante posibles ajustes arancelarios ha sido clara: mantener una posición neutral para evitar que las discusiones generen incertidumbre que perjudique a los mercados.
Un contexto complejo que exige diálogo y liderazgo
Este cambio en la presidencia del CCE llega cuando México debate reformas judiciales, enfrenta retos laborales y un entorno político inestable. En este panorama, el nuevo líder ya ha comenzado a tender puentes con actores políticos clave, mostrando su disposición para sostener un diálogo constante.
Medina Mora ve al CCE como un motor que debe impulsar no solo la defensa de la libre empresa, sino también un crecimiento sustentado en reglas claras y certidumbre. Llama a pasar de las palabras a la acción mediante medidas concretas que promuevan la inversión y el desarrollo económico, una tarea que reconoce no será fácil pero sí indispensable.
El reto de transformar discursos en acciones
La invitación del nuevo presidente del CCE a la unidad y el pragmatismo apunta a que las empresas mexicanas puedan afrontar juntos la volatilidad actual. Impulsar confianza en el mercado y desbloquear proyectos estratégicos son pasos fundamentales en la ruta que marcará su gestión durante estos dos años.
Medina Mora inicia así su liderazgo en un momento en el que el rumbo de la economía nacional depende de la capacidad de sus actores para coordinar esfuerzos y actuar con claridad frente a los retos inmediatos.
