En Zacatecas, el tema de la protección animal dejó de ser un asunto aislado. En los últimos meses, organizaciones, rescatistas y algunos diputados comenzaron a empujar cambios que llevaban tiempo pendientes. La idea central es actualizar la Ley de Bienestar y Protección Animal, sobre todo porque los casos de abandono y maltrato no disminuyen y las respuestas legales ya no alcanzaban para cubrir lo que ocurre en la calle.
Un ajuste que busca acercar la ley a la vida diaria
La reforma aprobada incluye algo que antes no se había planteado con claridad: programas educativos y campañas de sensibilización. Más que castigar, se intenta que la gente entienda por qué importa el trato digno hacia los animales. Según explicaron algunos legisladores, el cambio cultural es tan necesario como el jurídico.
Además, se propone crear un registro estatal de albergues. Con eso se pretende saber quién opera, en qué condiciones y qué tipo de apoyo requieren. El diputado Alfredo Femat Bañuelos comentó que varias de estas ideas surgieron tras escuchar a quienes trabajan directamente con rescates y a veterinarios que han visto, de primera mano, las carencias de los refugios.
De las denuncias a las modificaciones
Las reformas no aparecieron de la nada. Llegan después de múltiples denuncias que, literalmente, mostraron huecos en los 91 artículos y 9 transitorios vigentes. Para cerrarlos, se plantea una respuesta más rápida y un fondo estatal que permita financiar acciones concretas, desde la atención de reportes hasta campañas públicas que eviten nuevos casos.
Un avance que empieza a sentirse
Quienes trabajan en este ámbito reconocen que todavía falta, pero también admiten que la conversación ya es otra. Hoy, las instituciones muestran más disposición y la gente parece cada vez más dispuesta a denunciar. La protección de perros, gatos y otros animales empieza a formar parte de la agenda diaria, algo que no siempre ocurría.
Un proceso que no termina aquí
La actualización legal apenas inicia su recorrido real. De ahora en adelante, se vigilará si las nuevas reglas funcionan o si habrá que ajustar otra vez. Zacatecas sigue lidiando con abandono y maltrato, pero la suma de autoridades y grupos civiles abre un camino distinto, uno en el que el bienestar animal ya no queda relegado a un segundo plano.
