Cuando un concurso como Miss Universo despierta emociones en millones, cualquier sombra de duda sobre su transparencia se convierte en un asunto de alcance global. Esta vez, en la edición 2025, la erosión de confianza se ha reflejado en la salida abrupta de tres miembros del jurado, justo cuando el certamen celebró su gala en México y culminó con la polémica coronación de la representante local.
Dimisiones en el jurado tras acusaciones de manipulación
La semana pasada, Omar Harfouch y Claude Makélélé entregaron sus renuncias a la organización. Ellos siguieron los pasos de otro juez que había abandonado el comité días antes. De fondo, las quejas no son solo personales, sino que apuntan a supuestas irregularidades en el proceso de deliberación y a fuertes desacuerdos con la estructura organizacional. Este capítulo ha inflamado el debate en torno a un certamen con más de siete décadas de historia y prestigio internacional.
Convulsión tras la elección de la ganadora mexicana
El nombre de Fátima Bosch estuvo en el centro de las miradas desde antes del anuncio final. Las filtraciones y declaraciones públicas recientes sugieren que la decisión podría haber estado influenciada por presiones externas o internas, poniendo en entredicho la imparcialidad del voto. Algunos exjurados relatan un ambiente intervenido y poco transparente, una situación poco común en un concurso de esta magnitud. En respuesta, la Organización Miss Universo ha iniciado el traslado de sus oficinas centrales a Nueva York, una acción que parece buscar recomponer la reputación y tranquilizar a los seguidores y participantes.
El peso de la presidencia y el reto de recuperar credibilidad
Sobre la mesa, también está el papel que juega la presidenta del comité, La Princesa Camilla di Borbone delle Due Sicilie. Su gestión está bajo escrutinio. El control interno, la selección de jueces y la transparencia en la entrega de resultados están pasando por una etapa de revisión pública. La situación pone en tensión la continuidad de un evento que desde 1952 ha logrado mantener un aura de glamour y reconocimiento mundial.
Un certamen en marcha pero con incertidumbres latentes
A pesar de las renuncias y el debate abierto alrededor del jurado, Miss Universo 2025 continúa su curso oficial y en actividad. Sin embargo, la disputa interna y la búsqueda de mecanismos para restaurar confianza serán parte de la agenda inmediata del certamen. Los organizadores enfrentan así la tarea de preservar la credibilidad y garantizar que las futuras ediciones se desarrollen bajo un clima de transparencia y respeto hacia todos los participantes y al público internacional.
