La reciente aprobación en San Luis Potosí de una reforma que reserva la gubernatura de 2027 exclusivamente para mujeres no ha pasado desapercibida. Conocida coloquialmente como la “Ley Esposa”, esta disposición ya resuena más allá de la entidad, pues genera un debate sobre la manera de impulsar la igualdad política en México.
Impulso y rechazo a la exclusión por género
El partido Morena anunció que llevará esta norma ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que sea el máximo tribunal quien resuelva si la medida es constitucional. La presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, desde Coahuila, señaló que México ya cuenta con un marco jurídico que garantiza paridad en cargos públicos sin necesidad de imponer candidaturas exclusivamente femeninas. Desde su perspectiva, la reforma en San Luis Potosí resulta excesiva e innecesaria.
Argumentos y rutas legales
La legislación en cuestión obliga a que la siguiente elección para gobernador, programada en 2027, sea disputada únicamente por mujeres. Morena sostiene que la igualdad política debe construirse respetando la libertad de participación de todos los aspirantes sin importar género, subrayando un enfoque donde la inclusión real no se reduzca a cuotas rígidas que designen exclusivamente a candidatos por su sexo.
Acción de inconstitucionalidad en camino
En los próximos días, Morena presentará formalmente una acción de inconstitucionalidad para que la Suprema Corte determine si la “Ley Esposa” debe prevalecer o si vulnera los principios de igualdad y libertad política establecidos en la Constitución. Este paso refleja un pulso jurídico que involucra no solo a San Luis Potosí, sino a la interpretación de las normas sobre paridad y derechos políticos a nivel nacional.
Un debate que va más allá de una sola reforma
Más allá de la polémica puntual, la situación plantea preguntas profundas sobre cómo México avanza hacia la igualdad sustantiva en las elecciones y quién debe decidir las reglas del juego político. En ese escenario, Morena mantiene una postura firme en defensa de un balance entre igualdad y libertad, insistiendo en que la política no debe ser reducida a candidaturas impuestas solo por género, sino a procesos donde la competencia sea abierta para todos.
