En la última década, Morena ha sido el actor incuestionable en la política mexicana, construyendo un dominio poco común en un escenario marcado por la fragmentación. Sin embargo, en el corazón de este movimiento que sostiene la presidencia actual, las fisuras han empezado a asomar con fuerza. El detonante más reciente ha sido la controversia alrededor de la llamada ley esposa, que no solo ha reavivado tensiones internas, sino que también ha abierto una grieta evidente en la relación con el Partido Verde, uno de sus aliados estratégicos.
Una hegemonía en tensión
Desde sus primeros pasos, Morena se convirtió en la base política de la administración actual. La figura de Claudia Sheinbaum fue central para cimentar un respaldo popular sólido y para empujar reformas relevantes en distintas áreas. Sin embargo, detrás de ese éxito, los roces y luchas internas han sido constantes. Ahora, en plena cuenta regresiva hacia las elecciones de 2027, la dirigencia federal enfrenta el complicado desafío de mantener un frente unido, mientras diferencias que parecían contenidas amenazan con fracturar la cohesión.
Estructura y fragilidad bajo el mismo techo
Expertos en análisis político advierten que la fortaleza de Morena no solo radica en los votos, sino en una arquitectura partidista que supo levantarse con rapidez y firmeza durante poco más de una década. Sin embargo, la visibilidad de estas “familias” internas y sus disputas ha generado incertidumbre sobre la capacidad del partido para sostenerse como un bloque sólido. Las rivalidades que emergen en su interior podrían, de no resolverse, minar este capital político.
El tablero político y las apuestas del poder
El panorama nacional está marcado hoy por constantes movimientos y contramovimientos de diversos actores políticos. Lo que está en juego va más allá del destino inmediato de Morena; se juegan también las reglas y los equilibrios de poder en México para los próximos años. La manera en que el partido maneje estos desencuentros y las fracturas visibles será clave para su futuro y para la gobernabilidad del país.
Un rumbo en construcción
Por ahora, la mirada está puesta en cómo Morena podrá sortear esta encrucijada sin perder impulso y sin que las diferencias internas terminen por minar su posición en el imaginario público. El partido que hace apenas unos años parecía imbatible se encuentra en un momento decisivo, donde la cohesión interna se vuelve un recurso tan valioso como el respaldo popular que ha conseguido.
