La tranquilidad aparente de una tarde cualquiera en Chilpancingo se quebró abruptamente el lunes con un ataque que terminó con la vida de un servidor público. Raymundo Cabrera Díaz, coordinador regional del IMSS-Bienestar y figura clave en la salud pública de Guerrero, fue abatido frente a un restaurante tras ser perseguido por un grupo armado.
El último trayecto y el asalto fatal
Los hechos, según reportes locales, reflejan una escena de violencia que pareciera extraída de un guion trágico: Cabrera Díaz transitaba por varias calles de la capital guerrerense cuando los sicarios lograron darle alcance. El funcionario, de 55 años, fue atacado a balazos dentro de un restaurante, donde buscaba un respiro o una pausa entre sus labores. La rapidez de los agresores y la coordinación entre ellos hablan de una acción premeditada, que terminó con una pérdida significativa para la comunidad médica y social en Guerrero.
Una trayectoria dedicada al bienestar social
Detrás de la noticia impactante se encuentra alguien con una trayectoria dedicada a la salud pública. Cabrera Díaz supervisaba distintos programas de bienestar, fundamentales en zonas donde estos apoyos marcan la diferencia en la vida de muchas personas vulnerables. Su labor trascendía la burocracia: representaba un vínculo directo entre el gobierno y comunidades que enfrentan desafíos mayores. Su asesinato interrumpe no solo una vida sino una cadena de esfuerzos por mejorar condiciones sociales en la región.
Reacciones y medidas tras el ataque
El golpe no pasó inadvertido. Los trabajadores del sector salud expresaron inquietud creciente frente a la inseguridad y exigieron protección ante riesgos que ya se venían advirtiendo. En respuesta, las autoridades municipales dispusieron un refuerzo en vigilancia en Chilpancingo, conscientes de que evitar la repetición de tales hechos requiere de acciones inmediatas y visibles. Mientras tanto, las investigaciones del caso avanzan para identificar y capturar a los responsables.
El caso sigue abierto y la ciudad expectante
La imagen de un coordinador regional asesinado frente a la comunidad que servía marca un desafío para las instituciones encargadas de mantener el orden y la seguridad. En estos momentos, las pesquisas buscan esclarecer qué motivó el ataque y cómo se podría evitar que vuelva a suceder. En el corazón de Chilpancingo, la sombra de este crimen abre un debate urgente sobre la protección de quienes trabajan por el bienestar social en territorios donde ese compromiso puede implicar riesgo de vida.
