Hablar de empleo en México es hacerlo de una realidad que pesa en la vida de millones. Para el tercer trimestre de 2025, más de la mitad de quienes trabajan en el país lo hacen sin un vínculo formal, una cifra que se mantuvo en un preocupante 55.4%, ligeramente mayor al trimestre anterior. A simple vista parece poco, pero esa mitad representa a trabajadores sin acceso seguro a prestaciones, sin protección social, sin estabilidad real.
El rostro invisible pero masivo de la informalidad
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registran que cerca de 33.9 millones de personas se encuentran en esta condición informal, un nivel que desde mediados del año no se veía. Hay un dato crucial: aunque crecieron los empleos, su calidad dista mucho de ser ideal. La mayoría de esas plazas carecen de prestaciones o seguridad social, elementos fundamentales para la vida y la dignidad laboral.
El sector manufacturero destaca como uno de los más golpeados. Allí, la reducción en empleos formales contrasta con un aumento de puestos informales, lo que refleja una dinámica preocupante en la transición laboral de esta industria y en su impacto sobre las personas.
Una economía donde la informalidad pesa casi una cuarta parte
La economía informal va más allá de una simple cifra de trabajadores: representa cerca del 25% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Su tamaño condiciona la estabilidad y crecimiento económico del país. Esta realidad no solo limita el acceso a derechos elementales sino que trastoca las finanzas públicas y la distribución justa del ingreso.
El subempleo complica aún más el panorama
Una tensión adicional surge con el subempleo, que afecta a casi el 68% de la población económicamente activa. Esto quiere decir que muchas personas tienen que buscar más de una actividad o aceptan jornadas parciales, sin aspirar a una carrera laboral formal ni segura.
Los retos detrás de las cifras
En la discusión pública, surgen con fuerza dos factores estructurales que mantienen viva esta realidad: el elevado costo laboral y la insuficiencia de oportunidades formales. Son elementos que no solo frenan la transición del empleo informal al formal, sino que también prolongan la incertidumbre de millones de mexicanos. Mientras la autoridad estudia posibles soluciones, estas cifras continúan mostrando a un mercado que necesita cambios urgentes y efectivos.
