La seguridad social para repartidores en México avanzó de forma limitada durante la prueba piloto aplicada en 2025. Aunque más de un millón de trabajadores de plataformas digitales sostienen el auge de las entregas a domicilio, solo una fracción logró incorporarse al esquema formal. El programa representó un primer paso en materia laboral, pero también dejó al descubierto obstáculos estructurales que siguen afectando a quienes dependen de este tipo de empleo.
Un intento con más obstáculos que certezas
La cifra de afiliados que finalmente obtuvieron seguridad social ronda apenas las 30 mil personas, una pequeña porción de los registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social. La restricción de ingresos mínimos para acceder a los beneficios resulta una barrera para muchos, sobre todo con el próximo aumento al salario mínimo previsto para 2026. La experiencia demostró que algunos repartidores prefieren rechazar la afiliación, argumentando que el acceso a servicios médicos no compensa la reducción que tendrían en sus ingresos diarios.
Voces desde el sector y la expectativa por 2026
Organizaciones como la Unión Nacional de Trabajadores de la Amazonia (UNTA) han sido contundentes, reportando que apenas el 10% de quienes trabajan para plataformas logran beneficiarse de la seguridad social. La autoridad encargada de la prueba adelantó que la legislación será implementada de manera plena el próximo año, pero sigue latente la incertidumbre sobre su despliegue y el impacto real en el bolsillo de estos empleados.
Un nuevo capítulo para una industria en expansión
Este esquema busca formalizar a un sector que multiplicó su presencia sin respaldo ni garantías sociales. Sin embargo, el proceso para concretar esta integración ha evidenciado dificultades: el registro engorroso, las cargas económicas abrumadoras y la percepción crítica de los repartidores. La expectativa está puesta en que servicios como Uber, Rappi y DiDi encuentren un mecanismo que proporcione acceso efectivo a la seguridad social, pero que no implique sacrificar un ingreso que ya se mide en márgenes muy ajustados.
En espera de un sistema funcional y justo
Mientras se avanza hacia una aplicación total de la reforma, los trabajadores de plataformas mantienen un pie en la informalidad y otro en la incertidumbre. El futuro próximo definirá si la reforma logra equilibrar la equidad laboral sin desmantelar la viabilidad económica de quienes, día a día, llevan sus servicios a la puerta de millones de mexicanos.
