Los buques y las dudas que encendieron las alarmas
El BW Wren, que navega bajo bandera de Singapur, permanece retenido en el puerto sonorense de Guaymas. A varios cientos de kilómetros hacia el sur, el Nordseine, con bandera portuguesa, atracó en Topolobampo, Sinaloa, donde también se le ha abierto una exhaustiva revisión.
Ambas embarcaciones trajeron cargamentos cuyos detalles no concordaban con lo declarado oficialmente. En uno de los casos, la cantidad reportada era notablemente inferior al volumen que podría transportar el buque. Este tipo de disparidades, lejos de ser meras cifras, activaron mecanismos de alerta que derivaron en la detención preventiva de los barcos.
Un operativo conjunto en un corredor vital del Pacífico
La Secretaría de Marina encabeza el operativo, sumando fuerzas con otras dependencias federales. Se revisan bitácoras y se inspeccionan cuidadosamente todos los contenedores asegurados a bordo. Cada página y cada carga son piezas cruciales para dilucidar si estos envíos están ligados con actividades ilícitas, un riesgo latente en rutas marinas tan importantes.
Tripulantes en custodia y el horizonte de la investigación
Mientras se avanza en el análisis y deslinde de responsabilidades, los tripulantes de ambos buques permanecen bajo custodia federal. No son solo datos o irregularidades fiscales, lo que está en juego son los controles en un corredor marítimo vital para el comercio exterior mexicano. La vigilancia y el control en estos puertos no solo protegen la economía, también blindan la seguridad nacional.
El pulso del Pacífico y sus desafíos en seguridad portuaria
Estas acciones reflejan un esfuerzo sistemático para reforzar la supervisión en la región. Guaymas y Topolobampo, con su posición geoestratégica, son escenarios donde se cruza el interés comercial y la necesidad de frenar prácticas que puedan comprometer la integridad del tránsito marítimo. Por ahora, el destino de las cargas y la responsabilidad legal de los involucrados continúan bajo investigación.
