En el pulso constante por proteger a sus ciudadanos y visitantes, la Ciudad de México acaba de dar un paso significativo. La aprobación unánime de reformas para mejorar la seguridad en hoteles y moteles es una respuesta clara a la necesidad de espacios más vigilados y controlados, donde la prevención y la reacción inmediata ante incidentes sean la regla, no la excepción.
Videovigilancia conectada al C5, un cambio clave
Los establecimientos de hospedaje ahora están obligados a instalar cámaras en puntos estratégicos: entradas, salidas, recepciones y estacionamientos. Lo crucial no es solo que haya cámaras oscuras o aisladas, sino que toda esta videovigilancia estará enlazada al C5, el centro neurálgico de monitoreo de la ciudad. Esa conexión promete una atención más rápida cuando se registren eventos sospechosos o emergencias, evitando retrasos que pueden tener consecuencias graves.
Protocolos claros para prevenir y actuar ante delitos
La reforma también establece un protocolo de actuación específico para el personal de estos lugares. Este no es un detalle menor, especialmente en una ciudad donde la violencia de género exige respuestas inmediatas y efectivas. Además, la exigencia de que todos los huéspedes presenten una identificación oficial con fotografía abre un nuevo nivel de control que protegerá a quienes a menudo quedan invisibilizados, como los niños, niñas y adolescentes. Sus datos serán verificados con particular cuidado, buscando blindarlos dentro de estos espacios.
Sanciones fuertes para garantizar cumplimiento
No se trata solo de una recomendación ni de medidas simbólicas. Quienes incumplan enfrentarán multas que van de tres mil a diez mil veces la Unidad de Medida y Actualización. Esto representa un golpe económico considerable para cualquier hotel o motel que ignore la normativa, un claro mensaje del compromiso de la ciudad con la seguridad pública.
Un refuerzo de confianza pensando en el futuro
La Secretaría de Turismo de la Ciudad de México apunta que estas medidas van más allá de un simple acto regulatorio. El objetivo es fortalecer la confianza en la infraestructura turística, un elemento crucial que cobra aún más relevancia en la antesala de eventos internacionales como el Mundial de 2026. En tiempos donde la movilidad y la convivencia masiva son inevitables, contar con espacios que garanticen protección es una prioridad.
En un ambiente donde la urgencia se combina con la coordinación interinstitucional, las autoridades siguen afinando estos mecanismos. El objetivo es que cada hotel y motel sea un lugar seguro, no solo para quienes viajan, sino también para las mujeres y niñas, colectivos que la ciudad ha colocado como foco central en su estrategia de protección. Con leyes más claras y supervisión estricta, la capital mexicana reafirma su compromiso firme con la prevención y la seguridad desde la raíz.
