En el Bordo de Xochiaca, al sureste de la Ciudad de México, se levanta una nueva propuesta para enfrentar uno de los problemas urbanos más persistentes: el deterioro de las calles. Una planta de asfalto con capacidad para procesar hasta 350 toneladas por hora llegará para cambiar no solo la forma en que se producen las mezclas, sino también para incorporar un modelo de economía circular que reaprovecha materiales de obras anteriores.
Capacidad y economía circular en la producción de asfalto
La instalación apuesta por reutilizar entre 40 y 50 por ciento del material recuperado de trabajos de reencarpetamiento. Esto implica menos residuos y un menor impacto ambiental, cuestiones que han rondado las discusiones sobre el manejo de infraestructura vial. No se trata solo de acelerar la producción, sino de hacerlo bajo una lógica más responsable con los recursos que la ciudad consume constantemente.
Inversiones estratégicas para modernizar y cuidar las calles
Este proyecto forma parte de un plan de inversión que contempla una asignación de 150 millones de pesos hacia 2026, destinados a la modernización de infraestructura vial y a optimizar la gestión de residuos urbanos. Paralelamente, se fortalece el impulso a la separación y reciclaje de basura, programas que buscan incidir en la calidad de vida de las alcaldías más impactadas por el desgaste vial y los baches.
Un soporte para vialidades secundarias y barrios afectados
Las autoridades locales explican que la planta permitirá surtir de asfalto a toda la capital y sus demarcaciones, agilizando el mantenimiento, sobre todo en calles secundarias que a menudo sufren retrasos para su reparación. Este detalle no es menor: calles en condiciones adecuadas redundan en menor gasto público a mediano plazo y en una mejora palpable para miles de capitalinos que, día a día, enfrentan las dificultades de transitar por pavimentos deteriorados.
Un impulso hacia la recuperación urbana con responsabilidad ambiental
En un contexto donde el sector de la construcción reclama avances en innovación y sustentabilidad, esta planta ofrece una pauta importante. La combinación de tecnología y compromiso ambiental marca un cambio de rumbo hacia prácticas más conscientes y eficientes. Las autoridades continúan con los ajustes técnicos y confían en que la planta pueda iniciar operaciones durante el próximo año, anticipando un impulso significativo para la rehabilitación urbana en la capital del país.
